Aunque diferentes culturas crearon independientemente espejos en distintos momentos de la historia, el verdadero inventor del espejo es la naturaleza misma. Si bien el espejo moderno se originó en el siglo XIX, superficies que emitían reflejos han existido desde mucho antes.
En 1835, el químico alemán Justus von Liebig desarrolló un proceso en el que aplicaba una delgada capa de plata a un lado de un panel de vidrio. Esta técnica fue adaptada y mejorada, permitiendo la producción masiva de espejos alrededor del mundo.
Se cree que los habitantes de lo que es actualmente Turquía, crearon los primeros espejos a partir de obsidiana pulida ( cristal volcánico ) hace unos 8.000 años atrás, y de en ese entonces diferentes culturas comenzaron a usar diferentes tipos de minerales para la fabricación del espejo en su forma más artesanal.