Abunda en nuestras minas, corre por nuestras venas 🩻 y está en el esqueleto de nuestras casas. El cobre, siempre ha estado ahí. Atractivo, duradero ♾️ , maleable, versátil, anti-bacteriano y 100% reciclable (pocos materiales pueden decir lo mismo).
Este cálido material ha estado presente en nuestros hogares desde tiempos prehistóricos en forma de ollas, lecheros y bandejas por ser fácil de moldear y por su magnífica capacidad de distribuir bien el calor, evitando que los alimentos se quemen y resaltando sus sabores.
Y siglos después llega a nuestras casas de como tuberías y cables, transformándose en un excelente conductor de electricidad. Podríamos decir que el cobre nos abrió la puerta a las telecomunicaciones.
Además de las ollas, el cobre poco a poco se ha ido haciendo un espacio en nuestras casas en diferentes formatos como en estructuras de mesas y estanterías, lámparas Y revisteros entre otros. Es un color y un material que nos transporta por un universo ubicado entre lo rústico y lo industrial.
Y por supuesto, tener una pieza de cobre en nuestra casa, es otra forma de poner la bandera nacional, siendo el cobre la principal materia prima que abunda en nuestras minas.