Desde tiempos inmemoriales los jardines se han vestido con elegantes muebles de fierro forjado de diferentes estilo. Este es un material muy fuerte, apto para casi todos los climas.
Ya en la época romana se utilizaba este material para crear muebles, sobre todo camas. Pero desde el siglo XIX, se comenzó a trabajar con especial dedicación para amoblar y decorar los jardines de las estancias. Con la llegada del buen tiempo no había jardín, terraza, o restaurant al aire libre, que no tuviera sus muebles de hierro forjado.
Este es un material de trabajo que permite moldear mediante el calor casi cualquier pieza deseada y crear bellísimas obras de arte totalmente únicas y exclusivas. Todas estas piezas destacan por la curvatura, creaciones basadas en la naturaleza y con formas orgánicas, como hojas, pétalos de flores o frutos.
Unos bonitos muebles antiguos de fierro forjado son algo a conservar. El fierro aguanta muy bien el paso de los años y la estancia a la intemperie, pero no así las pinturas, que terminan por sufrir la acción del óxido. Para que esto no ocurra hay que pintarlo con pintura impermeable para protegerlo de la humedad y así que no se oxide.