HISTORIA DE LA REFRIGERACIÓN

HISTORIA DE LA REFRIGERACIÓN

La historia de la conservación de los alimentos está estrechamente relacionada con la evolución humana. Desde que tenemos conocimiento, la conservación de los alimentos ha sido fundamental para la supervivencia. 

En Chile en la década de 1820, el uso del hielo para la refrigeración de la comida  era algo frecuente. Durante el período estival, la nieve era considerada “oro blanco”. Esta era traída desde La Dehesa hasta la Plaza de Armas en mula llegaban con apenas dos barriles de nieve ❄, por lo que su precio era altísimo . El “hielero”, como se le llamaba, se encargaba de vender el hielo y el agua fría, y el período de venta comenzaba en noviembre y cerraba en abril, cuando llegaba el frío. 

Paralelamente mientras ocurría este vaivén de la mula porta-nieve en Santiago , el estadounidense Thomas Moore inventa el primer armario refrigerado. Se trataba de un sistema que permitiría mantener el hielo al interior de un armario doméstico. Estos primeros refrigeradores con forma de armario no solían ubicarse en las cocinas, ya que el calor que generaban los fogones hacía que el hielo se derritiera antes. 

Estos refrigeradores se construían con compartimentos separados:  uno para el hielo y otro para la comida (para no quemarla). Su estructura básica era un caparazón de madera y un recubrimiento de zinc, que ayudaba a mantener la temperatura baja en el interior. Como aislante se empleaba el corcho o el serrín que a su vez impedía que se dañara la madera.

En los años 50 del siglo XX , los armarios refrigerados evolucionaron a pasos agigantados siendo la electricidad el motor de la refrigeración, la primera que se fabricó fue por General Electric.