BAJO LLAVE

BAJO LLAVE

Cartas de amor nunca enviadas a su destinatario escondidas en un compartimento debajo de la mesa, antiguas y secretas fotografías entre las páginas de un libro, documentos importantes enganchados detrás de un mueble, billetes dentro de una caja de latas. ¿A alguno le parece familiar? … Y es que el ser humano tiene ese instinto de esconder desde la prehistoria en donde ocultaban los alimentos para la supervivencia.  

La batalla por mantener espacios físicos privados dentro de la casa se ha visto afectada ahora más que nunca. Nuestra intimidad se ha visto seriamente afectada a raíz de la pandemia : todo es de todos y parece que nada es de uno. Puertas que se abren sin previo aviso, espacios de uso común que se transformaron en oficinas, conversaciones laborales ventiladas con megáfono y antiguas cartas de amor descubiertas.

Pasan los siglos y la batalla por mantener espacios físicos privados sigue viva, pero ahora más que nunca. Nuestra intimidad se ha visto seriamente afectada a raíz de la pandemia : todo es de todos y parece que nada es de uno. Puertas que se abren sin previo aviso, espacios de uso común que se transformaron en oficinas, conversaciones laborales ventiladas con megáfono y antiguas cartas de amor descubiertas. 


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